La contaminación plástica es un problema omnipresente en nuestra sociedad. Aunque primero pensamos en bolsas, vasos y botellas de plástico, también se utiliza cada vez más para fabricar ropa, alfombras y otros textiles.
Un nuevo estudio de la Institución Scripps de Oceanografía de la UC San Diego ha descubierto cómo diferentes tipos de tejidos, tanto naturales como sintéticos, se degradan en el océano. El estudio mostró que los tejidos de celulosa natural y a base de madera se degradaban en un mes, mientras que los textiles sintéticos, incluyendo plásticos supuestamente compostables, no mostraban signos de degradación incluso después de más de un año sumergidos en el océano.
En el experimento se utilizó una variedad de telas que son comúnmente usadas en la industria textil, incluyendo polímeros como el ácido poliláctico (PLA), que se comercializa como una alternativa biodegradable a los plásticos convencionales a base de petróleo.
Para el experimento, los investigadores colocaron las muestras de tela en contenedores en la superficie del mar y en el fondo del océano. Cada siete días, tomaron imágenes de las muestras y las examinaron en el laboratorio usando microscopía electrónica de barrido y espectroscopia Raman, que proporciona información sobre la composición química y la estructura molecular de las fibras.
Tras el experimento, las muestras se trasladaron a un acuario experimental, donde se sometieron a condiciones controladas de agua de mar en movimiento. Los textiles a base de celulosa se desintegraron en 30-35 días, mientras que los materiales a base de petróleo y bioplásticos no mostraron signos de desintegración incluso después de un total de 428 días.
Las fibras naturales se volvían más delgadas con el tiempo, mientras que el diámetro de las fibras plásticas se mantuvo igual, sin signos de biodegradación. En cuanto a los textiles mezclados, que combinan fibras naturales con fibras de plástico, sólo la parte natural de la fibra se degradó, dejando intacta la parte de plástico.
Además, las mismas telas se probaron en un bioreactor cerrado, que replica un entorno marino en un sistema cerrado. Los materiales a base de celulosa mostraron una biodegradación completa en 28 días, mientras que las fibras a base de petróleo y bioplásticos no mostraron ningún signo de biodegradación.
Los autores del estudio advierten que el plástico a base de poliláctico, comercializado como un material ecológicamente prometedor, y los plásticos a base de petróleo como el polietileno tereftalato y el polipropileno, representan una importante fuente de contaminación humana.
Dimitri Deheyn, autor principal del estudio, señaló la importancia de la terminología al hablar de plásticos. Explicó que un bioplástico como el PLA, que se asume comúnmente que es biodegradable en el ambiente porque contiene el prefijo ‘bio’, en realidad no lo es.
Dado estos resultados, los investigadores esperan que los consumidores se vuelvan más conscientes del poder de sus propias elecciones. Sarah-Jeanne Royer, autora principal del estudio, aconseja a los consumidores preocupados por la contaminación por microplásticos que sean conscientes de los materiales que compran. Sugiere que todos deberíamos tratar de comprar menos ropa, optar por materiales a base de celulosa de alta calidad como el algodón, el merino o la lana, que durarán más tiempo, o buscar opciones más sostenibles y circulares que reutilicen los artículos.